A diferencia de todas las demás nueces, las castañas o nuez de Brasil no se pueden cultivar en plantaciones, solo se pueden recolectar «de manera salvaje» en la selva tropical.
Cuando llueve mucho en la Selva entre diciembre y abril, las cápsulas grandes, que generalmente contienen alrededor de 20 granos o nueces, caen de los árboles de castaña de hasta 50 m de altura.
Al pie del árbol, se abren las cápsulas y se retiran los granos. Luego, se secan en los puntos de recolección centrales antes de tostarlos suavemente y luego partirlos; recién ahí aparecen las castañas como las conocemos.
Una nuez relativamente grande, de color marrón-blanco tiene un sabor ligeramente terroso y es una buena fuente de magnesio y fósforo, además de ser rica en vitamina E.